miércoles, 22 de febrero de 2017

Capítulo 4 ¿Cómo aprendes a ser maestra? Estibaliz Aberasturi Apraiz y José Miguel Correa Gorospe Universidad del País Vasco (UPV-EHU)

Este texto trata de explorar y de analizar la cuestión del género en un trabajo llevado a cabo sobre la construcción de identidad del profesorado de Educación Infantil, así como hacer  una reflexión y un análisis en la temática del género en esta etapa de la educación. Está claro que la presencia masculina en las aulas sigue siendo minoritaria, en donde tradicionalmente es el sexo femenino el que prevaleció y el cuerpo de hombre en la Educación Infantil está fuera de lugar. La escuela genera regímenes hegemónicos de masculinidad y feminidad.

Por lo tanto, este texto pretende explorar este terreno de interacción y de conflictos en la educación infantil, aportando una reflexión crítica que puede ayudar a desconectar las diferencias que regulan el género y explorar las actitudes, conductas, prácticas y caminos que no son entendidos a través de las categorías tradicionales de identidad masculina y femenina. El objeto de la investigación, era conocer cómo se construían en los primeros años de trabajo los maestros y los maestros.

En la investigación desarrollada, la entrevista fue uno de los recursos utilizados para la recogida de los datos. Se entrevistó a 6 docentes jóvenes de Educación Infantil, entre los que había uno masculino. Se trabajó con grupos de diferentes sitios de España, donde participaron 16 docentes principiantes de Educación Infantil. En grupos cada maestra y el maestro expusieron razones sobre la profesión que desempeñaba, hablaban de sus recuerdos en la escuela, su formación universitaria, o su inserción en la escuela como referente de lo que son. Sin embargo, de forma más relajada cuando no había grabadora fue cuando apareció el tema de  “la sospecha”, la sospecha bajo la que se encuentran muchos de los docentes masculinos en la Educación Infantil. De la entrevista con el maestro Juan se hablaron temas generales y amplios donde no se encontraron diferencias con las conversaciones mantenidas con sus compañeras. Pero cuando Juan hace referencia a la inseguridad del maestro o maestra se refiere al tema del género. Juan comenta la presión que sienten los maestros y maestras siempre observados y cuestionados, con la sombra de la amenaza de ser denunciados o el miedo de ser castigados por la sospecha de no hacer bien su trabajo con niños y niñas menores de edad y la fragilidad de la infancia.
Acaba confesando el cuidado que debe tener con los niños y niñas a la hora de mostrar sus sentimientos, ya que una mujer puede dar un abrazo, o un beso o una caricia a un niño o una niña que no hay problema, pero cuando lo hace un maestro, cuidado. Si una madre se le cruza y dice que lo que ha hecho son tocamientos o algo por el estilo ya tiene que defenderse de algo que no ha existido, entonces se haya desprotegido. Esto repercute en el comportamiento y hace cambiar la actitud del docente que pasa de ser un “buen profesional” a un” profesional” simplemente por si acaso, para que no le pase nada.
Cuando se pregunta al maestro si él realmente está siendo el maestro que quería se vuelve a mencionar la condición de ser chico en una profesión actualmente femenina. Se centra en el contacto corporal, en una cuestión que tiene relación con el papel del hombre en la escuela infantil pero se refiere más al modelo educativo donde la relación afectiva con el niño y la niña está ausente relación afectiva- cariño. "Los cojo, los besos... hay gente que no ha dicho cuidado, que a ver qué van a pensar". Resulta curioso que en las escuelas se trabaje la multiculturalidad, la igualdad, el respeto, la diferencia, etc. Y sin embargo se eduque de forma contradictoria. La enseñanza no solo está en lo que se dice, también se enseña desde aquello que no se dice y lo cierto es que entre maestros y maestras sigue enseñando mayoritariamente las mujeres, en la Educación Infantil.

Y existen muy pocas personas de culturas diferentes. De forma que si las maestras aprenderían a partir de sus valores y experiencias y si pertenecen a una misma sociedad, a una misma cultura, o a un mismo sexo, ¿cómo esperamos evolucionar, mejorar, avanzar o cambiar? No se trata de prestar atención a una situación que no deberíamos de considerar normal, sino de entender que al aceptar una educación infantil femenina es permitir que permanezca en nuestra cultura la profesión de educar en la infancia como una profesión del cuidado asignadas a las mujeres, esta posición ante este tema nos lleva a reclamar un panorama más diverso y rico para todos.

A continuación se desarrollan unas investigaciones en la que cuentan una historia sobre una maestra de Educación Infantil. Además, la construcción de la identidad y sobre la perspectiva que tiene la sociedad hacia los maestro en una profesión femenina.

En este apartado nos cuentan la historia sobre las dificultades que una maestra de Educación Infantil vivió. Leire era profesora de Educación Infantil, quería innovar, implicarse en otras actividades relacionadas con tareas de aprendizaje a través del juego. Pero esto no podía llevarlo a cabo puesto que estaba sola en clase y tenía a cargo a 18 niños y niñas, esto reducía su papel a ser una cuidadora, ya que sino se encargaba de los cuidados básicos de los niños recibiría quejas por parte de los padres como de las mismas compañeras del centro.

Partiendo de esto se podría decir que Leire se encuentra en dos posicionamiento: uno el de la abuela-compañeras y otro su pensamiento reflexivo. Esto permite comprender la propia dinámica construccionista de la identidad. Cómo se negocia y se perfila tanto a nivel social como a nivel individual la identidad, donde se contrasta lo que se quiere y se puede hacer. A la vez que se interactúa con miembros de la comunidad educativa, donde se comparte o no determinadas expectativas sobre lo que son sus obligaciones y deberes.

Además, de tener claro la aceptación o no de ese posicionamiento. Es por ello que se debe de romper con el rol tradicional de los docentes, esto supone una reivindicación de otra finalidad de la tarea de las docentes de las Educadoras Infantiles, orientadas al aprendizaje.
A partir de esto se quiso elaborar una investigación sobre si en la formación de educación infantil algún alumno (chico) había observado diferencias de algún tipo por no ser chica que se formaba en este ámbito ya que es una formación femenina. Esto no tenia ningun problema en la formación pero en el contexto escolar y en la sociedad se percibe esa diferencia. Al mismo tiempo que se percibían estas diferencia la escuela contribuía a la Constitución de cuerpos dóciles y sometidos. Por una parte se tenían a hombres maestros que cuando se gradúan pasan a formar parte de una profesión femenina, puesto que tienen que seguir con las normas establecidas. Por ejemplo “ponerse la bata”. Por otro lado, estaban las mujeres en contra de esta docilidad; nuevos esquemas de feminidad.

La finalidad que tiene esta investigación es que las escuelas prefieren no enfrentarse a preguntas complejas y deciden continuar con lo ya marcado. Se podría decir, que actualmente existen variaciones tanto en el ámbito académico como en los tipos de familias. Esto nos permite darnos cuenta de la importancia de lo social en la configuración identitaria, y de hacernos conscientes de la no neutralidad de nuestras acciones cuando formamos a futuros maestros de Educación Infantil. Por último nos dice que para ser un buen profesor, no existe más que la experiencia y el día a día con los niños y niñas, es decir que a través de la práctica aprendemos a ser maestros y que en vez de tener pensamientos negativos sobre la incorporación de profesores de  infantil se debe reflexionar y verlo desde otra perspectiva, en la que ello, ayudará a la diversidad y a ver las cosas desde otro punto y no desde el punto tradicional.

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